Vidas que me descolocan y trascienden

Cáritas Madrid 27 de Febrero de 2019

Escuela de vida en el arciprestazgo de San Blas y Canillejas de Cáritas Vicaría II

Escuela de vida en el arciprestazgo de San Blas y Canillejas de Cáritas Vicaría II.


Cáritas Madrid. 27 de febrero de 2019.- Sobrevivir sin quemarse, en el mundo de la pobreza y la exclusión, descubriendo que esas vivencias construyen y hacen crecer y no destruyen el equilibrio emocional de la persona, es lo que ha compartido el párroco de Cañada Real Agustín Rodríguez Teso, al grupo de 41 voluntarios que se convocaron en esta sesión para reflexionar y discernir el compromiso voluntario.


Las Escuelas de Vida son un espacio liberador / transformador que enriquecen y ayudan a construir relato, dando así un sentido evangelizador al voluntariado de Cáritas, que lo agradece y así lo va manifestando. Se va creando poco a poco un grupo territorial de voluntarios que son un núcleo a futuro de actualizar respuestas a la pobreza y de vivirlo como un proceso de cambio y conversión personal y comunitaria.


Agustín nos dijo que tenemos el riesgo de que los pobres estén de moda y que venimos a realizar obras de misericordia tomando protagonismo de enseñar al que no ..., dando por supuesto que el que no sabe siempre es el otro.


Otro riesgo estriba en pensar que se convierta el voluntariado en el asidero de nuestras vidas, en un apego emocional en donde somos los salvadores de los demás que son más frágiles y les ha ido mal en la vida. El Reino de Dios se define por su perspectiva creadora y en la armonía en la que el ser humano pueda vivir con su entorno desde el respeto y cuidado de la vida. Ser imagen y semejanza se concreta en la Historia, en lo que nosotros somos. Esto se traduce en gozo por la vida, pero no en jugar a ser dioses. Al querer tener más y ser más que los demás se está suplantando el lugar de Dios, rompiendo su orden y equilibrio en el planeta.


No puede ser cierto entonces que los que más poseen y más poder tienen sea por la voluntad de Dios. La esperanza del cambio está en la presencia de Jesús, lo que vía era expresión humana de lo que Dios soñaba para su Reino.


Jesús anuncia la necesidad de restituir el plan de Dios restituyendo lo que se ha roto. Hay que intentar ver en el otro no una amenaza, sino alguien con quien construir una nueva realidad.

Darnos cuenta de que existimos desde la relación con los otros. Es necesario cambiar políticas sociales, las relaciones con los que nos rodean, realizando los cambios desde abajo. Las transformaciones nunca vendrán desde arriba. Somos Iglesia y somos pueblo y el partido se ganará, aunque se tarde algo.

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