Receta para mejorar el mundo: estudiar mucho y querer cambiarlo

Cáritas Madrid 11 de Diciembre de 2018

Agradecimiento al colegio Santa Catalina de Sena por la estupenda reseña publicada en su web sobre la visita de los voluntarios del equipo de sensibilización en Centros Educativos de Cáritas Vicaría I

Agradecimiento al colegio Santa Catalina de Sena por la estupenda reseña publicada en su web sobre la visita de los voluntarios del equipo de sensibilización en Centros Educativos de Cáritas Vicaría I.

 

Cáritas Madrid. 11 de diciembre de 2018.- “¿Sabías que el logo de Cáritas está formado por 4 corazones en forma de Cruz?


Esto define a la perfección su identidad, Cáritas es evangelio en estado puro, Cáritas es amor, Cáritas es caridad. Valentín, Francisco e Isabel han estado con los alumnos de quinto de Primaria. Su sola presencia ya ha sido un testimonio especial. Les han hecho caer en la cuenta de algunos graves problemas de nuestro mundo. Del enorme problema de la inmigración y de sus peligrosas artimañas para llegar a tierra firme. De las toneladas de basura que terminan en el fondo de los océanos destruyendo ese maravilloso paraje natural. Hasta del conflicto entre el presidente Trump y el pueblo hondureño. Porque como nos han dicho los voluntarios: “Todo el mundo merece tener posada”.


Ellos tienen la receta para mejorar el mundo:

1º.- Estudiar mucho. Tenemos que ser los primeros. Para ello hay que esforzarse mucho.

2º.- Querer cambiar el mundo. Los jóvenes son la esperanza. El cambio no se basa en dar limosna, necesitamos que deis el tiempo.


El simple hecho de estar en el colegio, demuestra que somos muy afortunados. En Madrid hay muchos niños que ni siquiera están censados. La otra gran fortuna es tener gente que nos quiere.

Caritas escucha, da hogar, da alimento, da compañía, da formación… La puerta de Cáritas es la parroquia. Allí se escuchan los problemas de las personas y se les deriva según sus dificultades. Cáritas piensa mucho en la gente.


Valentín, por ejemplo, ha estado muchos años en un aula de empleo. Allí se les enseñaba a las personas cosas tan básicas como responder un teléfono, manejar un ordenador o hacer una buena entrevista personal. Además, cada semana que están allí, se les dan 100 euros para poder financiarse los cursos.


Ojalá nuestros alumnos de quinto hoy se marchen a casa contagiados de la alegría que significa ayudar a los demás.


¡MUCHAS GRACIAS CÁRITAS POR VUESTRO TRABAJO!”

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